miércoles, 31 de agosto de 2011

Cómo puede ser

Se está acicalando en el baño, preparándose para un dia más de trabajo. Desnudo, mirándose al espejo, protegiendo con vaselina la cara interna de los muslos para evitar rozamientos, peinándose sin mucho afán,...

Ha engordado, ya no es el chico alto, fuerte y tímido que conocí hace tiempo. Y sin embargo, es la misma persona.

Y mientras le miro, me pregunto cómo puede ser que la crueldad de la estética o los gestos cotidianos y absurdos no consigan eliminar este brote de ternura, este corazón que salta, esta mirada de amor, este largo suspiro.


2 comentarios:

  1. que lindo lo que dices, wendy.

    de hecho me pregunto si parte de la resistencia a enamorarnos en la edad madura se debe a que no podemos tener la misma generosidad con la decadencia física del otro. no hemos venido amándolo cuando su cuerpo (el mío, el de él, el nuestro, el vuestro) se fue deteriorando...
    no sé porque digo ésto, es algo que nunca he meditado profundamente, pero que siempre he tenido por mi cabeza revoloteando.

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  2. Pues me resulta imposible hablar en primera persona, porque si te digo que la mia es una edad madura me corres a gorrazos (jjj), pero quizá la decadencia que no perdonamos es la propia, y por eso nos molesta la de los demás.

    Seguro que es más fácil amar a alguien en su vejez cuando lo has estado amando en otras etapas de la vida. Percibes muchísimo más que la envoltura, y por eso amas a la envoltura achacosa que lo protege.

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