jueves, 7 de febrero de 2013

Como el junco




Enero siempre es complicado: memorias de años pasado, compromisos laborales complicados, dependencias complicadas, salud frágil, tiempo oscuro e invernal...

Este Enero se ha complicado más, mi corazón está un poquito más vacío, hueco. Quizá ese sea un peso atávico, fruto de las oquedades en corazones ajenos que se hacen patentes en Enero. Sobradamente se ha demostado ya que la herencia no es cosa sencilla, meramente Darwiniana, sino que se retuerce y complica, y heredamos lo inaudito. Quizá ya me pesaban en el corazón las memorias antiguas, antes siquiera de conocerlas. Ya me atenazaban los miedos antiguos, antes de hacerlos mios.

Ciertamente pareciera que la vida manda, cuando ya creo que puedo gestionar la presión, un escalón más para demostrarme a mí misma que, aunque somatice con este y aquel achaque, pueso soportarlo...


Me pregunto si alguna vez en la vida este frágil diamante conseguirá convertirse en un junco...