martes, 20 de diciembre de 2011

Impotencia

Algunas veces son ellos los que tienen la sartén por el mango; esos que dicen verdades a medias, mentiras enteras, esos que juegan a quitarse la responsabilidad, y sin embargo te apremian a asumir la tuya.

Me siento traicionada (si bien es verdad que el traidor era previsible), insultada (si bien el insulto era previsible) e impotente (si bien esa impotencia era previsible).

Y lo que me abarca ahora es una enorme sed de venganza, de devolver el golpe, lo cual entra dentro de lo previsible; todos en caliente haríamos y diríamos cosas que nos perderían para siempre...


Lo que ya no sé si es tan previsible es esta culpa enorme que me acecha, el no haberlo visto venir si era tan previsible, el haber fallado tanto y en un momento tan delicado.

Así que, tonta de mi, me siento traicionada, insultada, impotente, vengativa y culpable. Y de lo más previsible.

Y así, ellos ganan.