jueves, 3 de marzo de 2011

Felicidad

¡El olor a café recién hecho me hace feliz!. Nunca lo había pensado, pero pese a que no puedo tomarlo habitualmente, el olor del café recién hecho me encanta, ¡me pone de buen humor!.



Y esta es la máxima que me propongo seguir, por mucho esfuerzo que me suponga (que se lo supondrá a una controladora nata):


"Nunca pienso en el futuro. Llega enseguida".

Einstein

4 comentarios:

  1. De hecho ya, podríamos decir que vivimos el futuro de antes.
    ( a mí también el aroma del café me chifla)

    ResponderEliminar
  2. Si, pero me resulta tan difícil,...una vez el futuro se convierte en presente, mi cerebro se mueve hacia lo que no sabe, como un potro desbocado, con la consiguiente sensación de miedo que acompaña el no saber, sólo suponer. Así ando con la sposaderas apretadas todo el santo día, y no quiero.

    Media humanidad está de puente y yo estoy durmiéndome delante de mi PC,...pues vamos a dejarnos llevar (espero que no haga mucho ruido mi cabeza cuando golpee contra la mesa,jjj).

    ResponderEliminar
  3. Wendy, que bien te entiendo.
    La incertidumbre, esa fuente de ansiedad.
    El tiempo "perdido" que produce una sensación de dilapidar tesoros.
    Creo que haces muy bien proponerte éso, porque cuando llegues a la madurez todo eso se incrementa (por lo menos en mi) ya que conoces que el saldo de horas para vivir ha bajado considerablemente. Creo que no me explico bien... olvidemos el tiempo y pensemos en una presente taza de café recién hecho, que reconforta, que nos ayuda a envolvernos en la dulce placidez de lo cotidiano.

    ResponderEliminar
  4. Perdiendo siempre el tiempo en un futuro desconocido, despreciando el presente. Cómo se nota que estamos hechos para sobrevivir, no para vivir.

    ResponderEliminar