Parece ser que, después de que le haya entrado cinco veces agua a mi coche, con los consiguientes trastornos debidos a las sucesivas reparaciones, y ese permanente "eau de fochanca", que se gasta, me tengo que dar con un canto en los dientes si no me cobran el quinto destripe...
¡Pues no!, fíjate qué rara, avariciosa e indeseable soy. Ni un tanto así me siento satisfecha.
La única posible manera de que vuelva a conducir un coche de la SEAT es que me regalen uno, osea...NEVER AGAIN.
Desafoga, reiniña, desafoga!
ResponderEliminareu escoitei, (sufrín os desafogos) doutro dono de seat ibiza cun problema similar
Pido disculpas anticipada por el exabrupto: ¡Coño!, ¿pero no soy la única?, porque esa es la moto que me venden. Dan ganas de hacer una campaña de descrédito en toda regla, pero como el pez grande iba a intentar joderme por via judicial (esa que en breve tendremos que co-pagar), casi que me voy a cortar.
ResponderEliminarPero vive Dios que ni este blog ni mi Facebook van a quedarse sin un apunto al respecto. Derecho al pataleo, ¿no?.