jueves, 1 de septiembre de 2011

Las etiquetas

¡Qué fuerza tienen las etiquetas!.

Son tan resistentes que incluso se heredan; de generación en generación se transmite un "está forrado", "es un teatrero" o "va de estrellita", como el color de ojos, la complexión o los lunares que adornarán la piel de un infante.

La fuerza de la costumbre es una rueda de molino, ciega, sorda, muda e insorteable.

Lo único que cabe es admitir la inevitabilidad de que los demás utilicen esas etiquetas, ya que el que no se quiere convencer no será convencido, y sustraerse mentalmente a ellas, si podemos.



6 comentarios:

  1. por qué no amplías un poquito más el argumento?,
    comprendo lo de las etiquetas y como se heredan, sí,pero seguro que vas por algo en particular.

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  2. Ah, era una forma poética de liberar la frustración que me producen los condicionamientos familiares.

    Es algo muy prosaico: hasta ahora mis padres siempre han sido percibidos por mis tios, y depués por mi prima (lógicamente) como adinerados, porque tienen más patrimonio.

    La paradoja deviene de que mi tío, hasta la jubilación, gano más dinero que mi padre; y ahora ganan lo mismo.

    La desconfianza y el que piensen que estamos forrados (con un sueldo, de los de antes, pero uno), y lo que evita mi madre hablar de ese tema, y lo mucho que preguntan ellos sobre él, ha sido motivo de múltiples sufrimientos en mi familia.

    Yo también tendré un punto de vista sesgado del tema, pero desde mi óptica esto ha sido un problema de administración: unos han gastado el dinero en chuminadas, y otros se han apretado el cinturón porque era el sistema para tener lo que querían; unos gastaron como si nunca se fuera a acabar, y otros como si se acabara mañana. Mi opinión parcial de persona implicada.

    Y ahora me ha tocado a mi, que debo de haber entrado ya en la fase adulta y se ha abierto la veda; han decidido que yo también estoy forrada, y cada vez que llamo, todo son insinuaciones al respecto, y peticiones subliminales de participar en el botín. Mi prima objetivamente es capaz de admitir ciertas cosas, pero luego cae siempre en el mismo comportamiento aprendido...

    Y mi tía, que siempre criticó a mi madre por mirar "la pela", y por comprar "fondo de patela", ahora que está jubilada y tiene una "pensión de mierda" (hay que joderse, la máxima, y eso que también le pagaban dinero negro), la mira que da gusto. Pero sigue con la cantinela de que a ella no le importa el dinero...

    No sé, todo muy esquizofrénico...

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  3. Bueno, hay etiquetas peores. Antes de leer tu explicación iba a decir que por eso es importante renovar de vez en cuando las amistades, para no etiquetarnos a nosotros mismos, pero en la familia .... difícil, difícil.

    (la envidia es verde-amarillo)

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  4. Si las hay, lo que pasa es que esta ya huele...

    Y sí, de la familia es harto difícil sustraerse...Un día se me van a hinchar las narices y saco de nóminas, que más de uno iba a llevar una sorpresa...

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  5. Te iba a decir justamente eso. Y lo sé por experiencia (la contraria: mi hermana siempre llega bien a fin de mes, tiene su casita propia, va de vacaciones, me ayuda a mí cuando estoy a dos velas... y, un día, hace muchos años ya, se le hincharon las narices al oir mi comentario de "claro, como tú ganas lo suficiente!" y me dijo: pero tú cuánto crees que gano? Sacó la nómina de su bolso, y sólo me quedó decir "glups!, pero si gana 200 euros más que yo")
    Desde entonces me merece mucho más respeto todavía, y me lo pienso mucho antes de pedirle prestado.
    Claro que yo, también sé que si 1000 euros más ganase, mil euros más gastaría.

    Digo como Susana, hay etiquetas bastante más difíciles de superar.
    Y yo de tí empezaría a quejarme ya, pero ya, de la cantidad de gastos que tengo y de lo poco que me llega el dinero. y si me dicen algo quizá algo como "ya, pero vosotros ya estais acostumbrados a ser pobres" jajaja, bueno, es fácil echarle humor cuando no es a nosotros a quienes están jodiendo.

    ánimo y deshazte de ese peso, que no es de los que sirven para estar mejor; ten en cuenta que sólo se acentuará con los años y con cada cosa que consigas en la vida, así que cortalo ya.

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  6. ¡Si, la ironía fina es la que funciona!, pero es difícil aplicarla, sobre todo si tenemos alguna suerte de dependencia afectiva con las personas que nos las aplican...pero ahí estoy, tratando de encontrara la manera de sortearlo grácilmente (jjj).

    Bicos.

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