viernes, 11 de junio de 2010

Cuando llueve

En días como este, en que ya estoy agotada de una semana otoñal, triste y mojada, desearía tener una estupenda piel de animal a modo de alfombra, que mis muebles se suspendieran en el aire (ya que encontrar espacio en un piso de 45 m2 es casi imposible) y tumbarme en el suelo sobre esa alfombra, al calor del hogar y envuelta en el cuerpo desnudo de mi compañero (estaría bien que el suelo fuera de madera y no losas de terrazo, pero con lo de los muebles suspendidos me conformo, :)).

Difílmente habrá un sitio mejor para estar cuando llueve. Eso sí, condición indispensable es que él no trabaje, no esté dormido y se avenga, pero algo me dice que si los muebles se pudieran suspender....lo tenía hecho.

6 comentarios:

  1. y pregunto: ¿no se pueden suspender unos encima de otros?

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  2. Ay, filliña, ¿y las dos estanterías llenas de libros?, ¿dónde las meto?.
    No obstante,...creo que el chico prefiere la cama, que es más cómoda que el suelo.

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  3. Eu penso que él "vaise avir" aínda que os mobles permanezan no chan. Seguriño que entre os dous logrades o xeito de levitar vos...

    Non entendín o motivo que te leva a estar triste cando tamén estás mollada ;-)

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  4. jjjjj....as emocions fortes fánche chorar, ¿non sí?.

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  5. Qué, ¿levitaron os mobles? :)
    (a cama non está mal tampouco, non si?)
    En calquera caso... ¡xa non chove!

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  6. Dixo cama..e foi cama. Qué lle imos facer, o nacho é clásico. Eu non protestéi...mimos sempre son mimos.

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