La sala está tenuemente iluminada. Una pasillo centrar franqueado por cajas negras, una cada cuatro metros, dos enfrentadas.
El hombre avanza, paso incierto, desorientado, enfilando por instinto ese pasillo artificialmente creado.
En el interior de cada caja entrevé un pubis de mujer, entre cortinas de negro satén. Avanza entre incrédulo y extasiado, como un niño al que regalan algo maravilloso e inesperado.
Avanza entre pubis rasurados, salvajes, coños rosados, oscuros, labios pequeños, grandes, anos dilatados, promesas de placeres insospechados.
Se detiene, paralizado ante una caja en concreto, en la que se muestra un coño para él perfecto, prometedor, jugoso, menudo, discreto. Una piel pálida y un pelo oscuro. Un coño Blancanieves, puro y canalla, que se le ofrece.
Y decide disfrutarlo, elegirlo, gozarlo y agradecerlo.
Parece un sueño, algo surrealista, donde el protagonista o bien tuviese mucha necesidad de relaciones sexuales o bien no le interese nada más de la mujer que su órgano sexual.
ResponderEliminarPero no está mal. A mí me gustaría tener el mismo sueño, con penes dentro de las cajas.
Creo que los probaría todos!
Véte a saber. Culpa de Susaniña, que anda pidiendo retratos, y ayer volviendo del trabajo se me ocurrió esto.
ResponderEliminarYo lo de los penes no lo veo, pero anímate y nárralo tú...
Me encanta tu incursión en el mundo de los relatos.
ResponderEliminarDale, wendy
[ya puestos puedes ilustrarlos con tus propias fotos, una buena iniciativa, no crees? -mi blog es que no es anónimo, me visita alguna gente que me conoce-]
Gracias, Zeltia. Algún relato más hay por ahí, pero me cuesta. Abrir la imaginación al sexo me cuesta mucho, aunque para mí el preferido es uno que se titula Los Amantes (basado en hechos reales).
ResponderEliminarLo de ilustrarlo conmigo misma...tengo un miedo atávico a ser reconocida, y mira que entra poca gente aquí, y el que entra y no escribe se sabe mi anatomía de memoria....
A lo mejor en el futuro venzo el miedo.
Sobre todo me condiciona no mis amigos, sino que mi familia me llamaba así de pequeña, y aunque hay muchas Wendys por el mundo, el azar es muy puñetero...
joer, cajas negras llenas de coños. Surrealista a morir.
ResponderEliminarSí, da mucho corte, hay que andar con pies de plomo, pero merece la pena.
Beso
Bien, y para cuando "Los amantes?"
ResponderEliminarLos amantes es una entrada antigua, del 13/05/10. Hay otra que me gusta mucho, del 15/12/10, pero lamento decir que no es muy erótica.
ResponderEliminarBiquiños.
P.D. Cuando me recupere del trancazo,a ver si me siento más erótica.
Si que es surrealista, Susaniña, pero no sé si menos o más que soñar con Buck Angel, encarnada en un homosexual...
ResponderEliminarEn fin.