Wendy, nena, joder. emocionáchesme. vexo aí a meniña que fuches... moi pequena para recordar o dia que che fixeron a foto, probablemente, ainda que eu teño recordos dos tres anos. (E coñezo mais xente que tamén, ou ainda algo antes...) lembro eses vestidiños de nido de abeja, que coletas rebeldes e ollos grandes para que lle coupesen todas as cousas que ainda tiñas (e terás) que mirar...
grazas pola adicatoria, un agasallo cheo de sensibilidade porque ven dende tí, un agasallo solidario, no tempo.
Encantada de emocionarte (de forma agradable, espero).
Yo apenas tengo recuerdos visuales de los 3 años, por contra, sí que atesoro numerosos recuerdos sensoriales y emocionales (el tacto y el olor de mi madre, los cuidados de mi padre, sentirme querida, la hierba cortada, el olor del mar,la risa contínua, el miedo que me daban las uñas de mi abuela...), la sensación de felicidad despreocupada, en los tiempos en que mi falta de reflexión no dejaba que nada me hiciera daño.
Por fortuna, sigo reconociéndome (al menos yo) en la niña de 6 años que fui, pero casi no me reconozco en esta de 3, hace 30 años justos (y lo sé porque la fecha está impresa por detrás, no porque me acuerde, efectivamente).
La vida mancha, arruga, pesa y desluce, pero también hace que la sangre palpite, y que nos emocionemos. Las emociones nos hacen sentir vivos, ¿no?.
Ains, el paso del tiempo. Mira que cuando me abruma esa añoranza siempre pienso que cuando tenga ochenta (se chego a eles) mirará las fotos actuales con morriña. El presente, colegas, el presente, carpe diem, y a gozar del body. Dedicado a las dos estos versitos de góngora:
goza cuello, cabello, labio y frente, antes que lo que fue en tu edad dorada oro, lirio, clavel , cristal luciente, ...
eses recordos a través dos sentidos adoitan ser indelebles. ás veces un olor, ou un xeito de bater a luz nalgo, xéneranos un estado de inquedanza, ou de tristura, ou nos fai sentir ben, e non sabemos por qué, non somos capaces de lembrar por qué. pero aí quedou, recollido na memoria, sen título, sen clasificar, sin indizar.
Lo que me hace pensar que la memoria es una cómoda mucho más desordenada de lo que solemos pensar. A veces eso juega a nuestro favor, a veces en contra.
Y por cierto, aunque a veces nos lo parezca, la juventud no es garantía de belleza, ni de felicidad, ni de muchas otras cosas, aunque a veces nos lo parezca. La memoria tiene esos espejismos.
Wendy, nena, joder. emocionáchesme.
ResponderEliminarvexo aí a meniña que fuches... moi pequena para recordar o dia que che fixeron a foto, probablemente, ainda que eu teño recordos dos tres anos. (E coñezo mais xente que tamén, ou ainda algo antes...)
lembro eses vestidiños de nido de abeja, que coletas rebeldes e ollos grandes para que lle coupesen todas as cousas que ainda tiñas (e terás) que mirar...
grazas pola adicatoria, un agasallo cheo de sensibilidade porque ven dende tí, un agasallo solidario, no tempo.
non che dixen bonita porque dicir nena e bonita é unha redundancia
ResponderEliminar:)
Encantada de emocionarte (de forma agradable, espero).
ResponderEliminarYo apenas tengo recuerdos visuales de los 3 años, por contra, sí que atesoro numerosos recuerdos sensoriales y emocionales (el tacto y el olor de mi madre, los cuidados de mi padre, sentirme querida, la hierba cortada, el olor del mar,la risa contínua, el miedo que me daban las uñas de mi abuela...), la sensación de felicidad despreocupada, en los tiempos en que mi falta de reflexión no dejaba que nada me hiciera daño.
Por fortuna, sigo reconociéndome (al menos yo) en la niña de 6 años que fui, pero casi no me reconozco en esta de 3, hace 30 años justos (y lo sé porque la fecha está impresa por detrás, no porque me acuerde, efectivamente).
La vida mancha, arruga, pesa y desluce, pero también hace que la sangre palpite, y que nos emocionemos. Las emociones nos hacen sentir vivos, ¿no?.
Qué pequerrechiña, con las coletas, je...
ResponderEliminarAins, el paso del tiempo. Mira que cuando me abruma esa añoranza siempre pienso que cuando tenga ochenta (se chego a eles) mirará las fotos actuales con morriña.
El presente, colegas, el presente, carpe diem, y a gozar del body.
Dedicado a las dos estos versitos de góngora:
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lirio, clavel , cristal luciente,
...
eses recordos a través dos sentidos adoitan ser indelebles. ás veces un olor, ou un xeito de bater a luz nalgo, xéneranos un estado de inquedanza, ou de tristura, ou nos fai sentir ben, e non sabemos por qué, non somos capaces de lembrar por qué. pero aí quedou, recollido na memoria, sen título, sen clasificar, sin indizar.
ResponderEliminarbiquiños, rula.
Lo que me hace pensar que la memoria es una cómoda mucho más desordenada de lo que solemos pensar. A veces eso juega a nuestro favor, a veces en contra.
ResponderEliminarY por cierto, aunque a veces nos lo parezca, la juventud no es garantía de belleza, ni de felicidad, ni de muchas otras cosas, aunque a veces nos lo parezca. La memoria tiene esos espejismos.
Me llegaron tus biquiños, todos, todos.