Últimamente he estado leyendo un blog sobre una muchacha que se está iniciando en la sumisión. Pese a que hay pasajes que encuentro excitantes, a modo de espectadora imaginaria, no comulgo en absoluto con esos gustos eróticos. Más vale saberlo, el BSDM, o el sadomasoquismo, como se dijo toda la vida (que nos gusta un anglicismo), no es lo mío. Infligirte dolor por orden de otro, para su placer, depender de su deseo para tus orgasmos, aceptar sus indicaciones por muy humillantes que estas sean,…no.
Pese a reconocer que estoy despertando muy despacio a la sexualidad, que voy dos pasos hacia delante y uno hacia atrás, que cargo con muchos pudores y miedos todavía, y quizá precisamente por eso, no lo disfrutaría.
Mi personalidad ligeramente dominante tampoco me lo permitiría; me gusta complacer, pero no ceder por sistema y sin razón, y no creo que en el ser humano las distintas facetas de la vida están tan separadas; quiero decir que si eres dominante o sumiso, a fuerza eso se tiene que reflejar en el tipo de trabajo que realizas o en cómo lo realizas, en las relaciones sociales,…
Como fantasía, la de dominio o sumisión no está mal, o incluso puede que añadir una interpretación de estas prácticas al sexo lo enriquezca, pero no comulgo con la inclinación sexual en toda su extensión. Hacer algo que no quiero hacer no va conmigo.
Me revelo…y me castigarían.
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