A veces me gustaría colgarme un cartel en la frente que dijera algo así como: "vamos, amigo mío, mi querido amigo, soy digna de confianza, cuéntame tus cuitas y te acompañaré".
Pero, además del escollo considerable de que no tengo un frontispicio adaptado a semejante declaración de intenciones, y de momento no entra en mis planes afeitarme la cabeza, hay otra señal de alarma más definitiva: mi sentido común me indica que no declare mi amor tan desenfrenadamente hasta que no sea capaz de SI acompañar pero NO sufrir.
No es una simple cuestión de supervivencia, también lo es de sinceridad.
te involucras demasiado?
ResponderEliminarcargas con el sufrimiento de quien amas?
yo si no me involucro pierdo el interés. Pero si lo hago, asusto.
Cargo con el sufrimiento, me preocupo, me demacro, me insmonio,..me todo.
ResponderEliminarPero sé qi tiene que haber una manera más sana y onstuctiva de ocuparte de los males ajenos sin preocuparte ni sufrir de esa manera.
Hay gente que lo consigue (pocos, es cierto), así que voy a intentarlo...
Sí, difícil el compendio entre pre-ocuparse o simplemente ocuparse, pero ahí estamos, aprendiendo a vivir, a vivir bien.
ResponderEliminar¡Ay, mi niña!, parezco Mariló Montero...
ResponderEliminarLo que has dicho es aplicable a muchos de nosotros. Está bien razonado, pero ya se sabe que para ciertos temas no hay razón que valga, y no te voy a poner el refrancito de turno.
ResponderEliminarHe buscado con Google a Mariló Montero, y si os parecéis, no tienes de qué quejarte... :-P (es broma)
Un beso.
Jjjj, ya me gustaría parecerme a Mariló, creo que sólo en el carácter. ¡Menudo mujerón!.
ResponderEliminarPero bueno, hay que encontrarse a gusto en la piel de cada uno, así que me esfuerzo en no ponerme verde de envidia...