Hecho de menos tus manos, mi vida, sobre mi pelo.
Anhelo tu cuerpo y mi lugar en él, aquella postura que nos enlaza y nos asemeja a uno.
Imagino tu expresión tierna, amándome con infalible terquedad, rescatándome de mis precipicios una y otra vez, únicamente porque para ti mi valor es imposible de calcular.
Porque me amas.
Y yo te amo.
Reciprocamente, la suerte de tenerte es que apesar de los obstaculos de este vivir, por encima de ello esta esas ganas de sentir tu calor en mi hueco.
ResponderEliminarWilly