Oficialmente he ingresado en una época triste y melancólica. Como este tiempo loco que nos sigue visitando, el otoño se ha adelantado en mi cabeza.
No es que me pase nada grave, y de hecho me siento ligeramente culpable, por sentir un agudo episodio de autocompasión aderezado con frustración y venenosas esperanzas, cuando ni me estoy muriendo ni puedo adivinar la espada de Damocles...
Ahora bien, más allá del catálogo concertado de males graves merecedores de afán y preocupación, lo de cada uno sigue siendo lo de cada uno, aquí y en Pekín.
Así que o nado o me hundo. Lo de flotar voy a reservarlo para cuando me baño... (aunque ahora que lo pienso, podría ir al Decathlon a comprarme un snorkel...).
(creo que esta chica me entiende)
P.D. La foto es de mi propiedad. Agradeceré que lo respetéis.